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Espacios íntimos para Potenciar la Sexualidad

Hola, chicas y chicos. Hoy os voy a hablar de vuestros dormitorios. Sí, habéis leído bien. Hoy os voy a hablar de ese lugar donde habitualmente hacéis el amor. A cada una o cada uno, enseguida le ha venido una foto mental de su dormitorio, y es que según las estadísticas, el 93% de nosotras y nosotros preferimos esa habitación de la casa para desplegar nuestra sexualidad, tengamos una pareja estable, o no.

Los hay de todas los formas, tamaños, colores y…decoraciones. Y ahí es donde quiero focalizarme, en la decoración de vuestro dormitorio. En su interiorismo, si usamos la jerga adecuada. En la foto mental de vuestro dormitorio veréis una cama de dimensiones acordes al tamaño de la habitación, un par de mesillas de noche con su despertador encima, un armario empotrado (o no), unas lamparitas a juego, una cómoda con algunas fotos encima (de vuestra boda si estáis casados), un tocador lleno de artículos cosméticos, algún cuadro de dudoso diseño, etc. ¡Ah!, se me han olvidado, y unas pantuflas, que no falten. Esa es, más o menos, la decoración de los dormitorios de la inmensa mayoría de las casas. Pantufla arriba, pantufla abajo. Y en ese cuadrilátero es donde os entregáis al apasionante mundo de vuestra sexualidad.

Eso sí, las cocinas son otra cosa. ¡Que maravilla! ¡Que preciosidad! Clavadita a la de la página 72 del catálogo de Ikea. ¡Que despliegue de recursos! ¡Y el dineral que os ha costado! Pero ha valido la pena cada euro invertido porque podemos preparar unos macarrones buenísimos, unas lentejas deliciosas, un cocido sabrosísimo o unos arroces ricos ricos. ¡Ah! Y unos bocatas de autentico lujo en vuestra encimera de último grito.

Si os he sacado una sonrisa, me doy por satisfecha. Ya sabéis que el humor nunca debe faltar en la vida. Pero ahora pongámonos un poquito más serios. Veis que hay algo que falla. Veis algo que no está bien. Que no está equilibrado. Resulta que el espacio destinado por la mayoría de nosotras y nosotros para desatar nuestras pasiones tiene menos sexapil que un telediario.

Ahora vamos a darle la vuelta. Imaginad un dormitorio de ensueño digno de cada una de vosotras y vosotros. Imaginad un espacio proyectado por y para cada una de vosotras y vosotros. Un espacio que trascienda la rutina. Un espacio exclusivo, basado en vuestros gustos. Un espacio que sea capaz de despertar vuestros deseos más íntimos. Imaginad vuestro templo del placer. Imaginad vuestro santuario de la sexualidad. ¿Por qué no?

¿Sabías que existe un creciente número de hoteles que han apostado ya por esta línea de pensamiento? Por ofrecer a sus clientes un porcentaje de sus habitaciones con interiorismos erotizados. Los hosteleros han captado muy rápido que ofertar este tipo de entornos en sus hoteles conlleva un beneficio extra nada desdeñable pues, no nos equivoquemos, una habitación de un hotel no deja de ser un dormitorio. Y en los dormitorios, no sólo se duerme. Se hace el amor. Y tampoco nos equivoquemos, estas habitaciones de hotel no se alquilan para encuentros esporádicos únicamente. Un porcentaje muy elevado de la clientela de estas habitaciones erotizadas son parejas estables que no buscan otra cosa que un lugar donde evadirse de sus rutinas de alcoba y, además, buscar nuevas experiencias.

Y, entonces, ¿por qué no tener un dormitorio así en vuestras propias casas? Todos los días del año.

Puesto que en Pleasure Health Clinic somos conscientes de ello y nuestro objetivo es, y será siempre, empoderar vuestra salud sexual, hace algún tiempo decidimos crear “Erotic (Sensitive) Interior Design”. Contamos con un equipo humano capaz de hacer realidad tus sueños. Desde la proyección del interiorismo personalizado hasta el desarrollo completo del mismo, llave en mano. Los espacios creados hasta el momento, no sólo dormitorios, poseen en sí mismos, una sensibilidad exquisita, con una decoración especialmente diseñada, en los que hemos abierto una caja de pandora erotizada, donde ya se están haciendo realidad los sueños, deseos, fantasías o caprichos de nuestros clientes.

Es muy importante entender que la sexualidad trasciende en los planos físicos, químicos y emocionales de nuestro organismo. La ciencia evidencia que la sexualidad y el deseo sexual se potencia en gran medida generando entornos y espacios que activen cada uno de estos componentes de nuestro organismo. Así es, TODO puede potenciarse de un modo más rápido y divertido por medio de la activación sensorial. No nos olvidemos que el cerebro es una herramienta que podemos reeducar. Pretendemos reactivar los sentidos para reactivar el sistema simpático y parasimpático para que, en último término, vayamos proporcionando al cerebro nuevos mensajes. Mensajes más sexualizados. Se trata de erotizar nuestra mente. Estos espacios altamente sensitivos, se crean para activar todos los sentidos. Vista, oído, olfato, tacto, sabor, etc. La activación sensorial facilita la erotización, activa la creatividad, rompe con la monotonía. La sexualidad se desarrolla a través de estos espacios únicos y lúdicos.

Y no sólo eso, además de la proyección y desarrollo de cada espacio, parte de la actividad dentro de “Erotic (Sensitive) Interior Design” consiste en dotar a dichos espacios de juegos apropiadamente escogidos. La neurociencia aplicada a la educación ha desvelado que son los juegos los responsables del mayor desarrollo en el aprendizaje. Puesto que el objetivo es reeducar a nuestro cerebro y erotizarlo, los juegos eróticos son una herramienta vital para alcanzar dicho objetivo. Por medio de la diversión, la respuesta al aprendizaje se dispara y sus beneficios son extraordinarios. Al igual que la decoración sensorial y sensitiva en los espacios diseñados, los juegos eróticos serán especialmente seleccionados en base a vuestros deseos y fantasías. Se trata de potenciar vuestra sexualidad interior, así que la personalización es siempre un punto de vital importancia.

¿Por qué no os animáis vosotros?

Proyectamos espacios íntimos para potenciar tu sexualidad

No disfruto de mis Relaciones Sexuales

¡Hola, Chicas y chicos! Hoy os voy a hablar de otro tema muy recurrente en consulta. «Sandra, no disfruto de mis relaciones sexuales». Tengo que aclarar que lo he escrito en singular, pero perfectamente podría haberlo escrito en plural, implicando a los dos miembros de la pareja, porque es una cuestión igualmente planteada. «Sandra, no disfrutamos de nuestras relaciones sexuales».

En el contenido de mi web, si le echáis un vistazo, veréis que para una salud sexual en armonía, sea cual sea la tipología de vuestra identidad de género y sea cual sea la idiosincrasia de vuestras relaciones sexuales, debéis conseguir tener en correctas condiciones los tres planos de vuestro organismo. El plano físico, el plano químico y el plano emocional deben estar, como digo, exentas de cualquier problemática. Si hubiese algún problema en alguno de esos planos, o en una combinación de los mismos, debe resolverse.

En Pleasure Health Clinic, ya lo sabéis, estamos a vuestra disposición para solventar cualquiera que sea el problema que os impide disfrutar de vuestras relaciones sexuales de forma placentera. Disponemos de forma integral de todos los recursos humanos y tecnológicos para ello.

Pero hoy, me gustaría centrarme en un problema muy habitual. Hoy me gustaría hablaros de una de las carencias que existe en el seno de parejas que no presentan ningún problema en el plano físico y químico y, en principio, tampoco en el plano emocional. Es decir, mujeres y hombres que conviven en pareja sin ninguna patología, con cuadros analíticos y hormonales en perfectas condiciones y sin ningún trastorno emocional relevante. Pero que, aun así, ya no disfrutan de sus relaciones sexuales de forma placentera y, ya no digamos, pasional.

¿Qué ocurre en esos casos? Os he dado una pista. Os he dicho que no presentaban ningún problema en el plano emocional, pero lo he matizado diciendo ’en principio’. Obviamente, hay un sinfín de posibles causas, pero quiero centrarme en una, que yo la catalogo de problema emocional. Y es la ausencia absoluta de una comunicación sexual asertiva.

Nadie nos ha enseñado a comunicarnos con nuestra pareja en el plano sexual, y menos de un modo asertivo, es decir, a través de un intercambio directo, respetuoso y honesto de ideas y opiniones. Hemos ido aprendiendo sobre la marcha. Y, creedme, eso conduce inherentemente al fracaso de la salud sexual en el seno de un sinfín de parejas estables.

Y ¿por qué es un problema emocional? Porque suele ocultar un buen puñado de traumas y lleva asociado un problema muy arraigado en las relaciones entre parejas estables: la frustración. ¿Cuál es el resultado? No existe disfrute en las relaciones íntimas, son de baja calidad, son esporádicas, no son placenteras ni pasionales y, todo ello, se convierte en un circulo vicioso, tóxico y autodestructivo.

Efectivamente, la comunicación sexual asertiva en el núcleo de una pareja debe ser rica y fluida. Es necesario desarraigar conscientemente ciertos paradigmas que entorpecen alcanzar el objetivo. Si no empezamos a entender que todo pasa por iniciar una conversación fluida y respetuosa con nuestra pareja, en la que podamos exponer sosegadamente cuales son todos y cada uno de los puntos que queremos mejorar en pro y beneficio de ambos, si no hacemos nada nuevo, como decía Einstein, encontraremos los mismos resultados. Sin miedos, sin tapujos. Con la mente abierta.

Chicas y chicos, os estoy hablando de buscar un nuevo amanecer en vuestra intimidad. No hay nada más íntimo que dos personas disfrutando libremente de sus cuerpos. El placer recibido y proporcionado bajo la certeza de que lo que estáis encontrando y entregando es exactamente lo que ambos necesitáis, no tiene parangón. No hay nada que se asemeje al placer de ese orgasmo mutuo fruto de un encuentro en el que percibes que la pasión os ha invadido a ambos con su manto del más puro placer sexual. Y eso, creedme, sólo se consigue con la seguridad de que ambos habéis entrado en simbiosis.

Todo debe iniciarse, insisto, con una comunicación sexual asertiva con vuestra pareja. Se que puede llegar a no es fácil, en especial si se ha traspasado la línea roja de la frustración y de la dejadez. En Pleasure Health Clinic os brindamos la oportunidad de revertir todas estas situaciones proporcionándoos nuevas herramientas para vigorizar vuestra salud sexual. Para que empoderéis vuestros encuentros íntimos a un nivel en el que volváis a gozar y sentir el máximo placer sexual que os merecéis.

Porque volver a disfrutar de la sexualidad con vuestra pareja, es posible.

«Con este calor, no me apetece hacerlo»

Hola chicas y chicos. ¡Que calor hace! El termómetro marca casi 40 grados y parece ser que se mantendrá en esas cotas unas buenas semanas. Así que tenemos calorcito para una buena temporada. Menos mal que Willis Haviland Carrier diseñó en 1902 el primer sistema de aire acondicionado. Que gran invento, ¿verdad?

Pero no todas o todos tenéis aire acondicionado en el dormitorio. Pues este post va por vosotras y vosotros. Imagino que ya habréis deducido de qué os voy a hablar hoy. Claro que sí. Y es que últimamente oigo mucho eso de “con este calor, no me apetece hacerlo”.

Lo primero es aclarar que existe infinidad de localizaciones diferentes al dormitorio para disfrutar de una excelente relación sexual, pero pongamos el caso que no tenéis otra alternativa o, simplemente, que no disponéis de aire acondicionado donde sea que estéis.

El calor no tiene porque ser un mal aliado con la sexualidad. De hecho, puede ser un estupendo asociado. Pero, claro, hay que poner un poquito de vuestra parte. Y aprovecho este momento para hablar de una cosa que quizá os suene. La pereza. Eso si que esta reñido con la sexualidad. En realidad, esta reñido con muchas cosas. Hay una definición de pereza que me gusta mucho y dice que es la falta de voluntad y esfuerzo que acaba con la incapacidad del alma de llevar las riendas y conlleva al abandono físico y espiritual. Así que la pereza esta muy reñida con la sexualidad.

Vamos a darle la vuelta. Vamos a hablar de las bondades de la sexualidad. Qué nos aporta una buena sesión de sexo. Para que veáis que no es una cuestión únicamente de Pleasure Health Clinic, os diré que en el año 2002 la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que tener una buena salud sexual es muy positivo en diferentes aspectos de nuestra vida, y subrayó en su informe la importancia de la misma, definiéndola como: “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social”.

¿Qué os parece? La OMS hablando de sexualidad y de sus beneficios. Pues no queda ahí el asunto. Resulta que tener una vida sexual activa y de calidad:

– Mejora la salud cardiovascular puesto que las pulsaciones y el flujo sanguíneo aumentan, reduciendo el riesgo de tener un ataque al corazón, un derrame, o cualquier otra enfermedad cardíaca. 

– Reduce el riesgo de hipertensión arterial puesto que la sangre se mueve con más frecuencia y esto permite que las arterias estén activas.

– Potencia el sistema inmunológico y disminuye el riesgo de padecer enfermedades infecciosas puesto que aumentamos los niveles de la inmunoglobulina A.

– Reduce el riesgo de cáncer de próstata y reduce los niveles de toxinas en los conductos prostáticos

– Regula el balance hormonal al incidir positivamente en nuestros ciclos bioquímicos

– Protege el deterioro neuronal y disminuye la probabilidad de desarrollar demencia al aumentar el flujo sanguíneo al cerebro.

– Reduce la posibilidad de tener diabetes al estimular las células que segregan insulina y reducir el azúcar en sangre.

– Ejercita y tonifica el suelo pélvico y su musculatura pubococcígea, en especial si practicas “el beso de Singapur” durante tu relación sexual.

– Reduce el estrés puesto que se disminuye los niveles de cortisol

– Reduce el riesgo de depresión al aumentar los niveles de serotonina, el antidepresivo natural

– Potencia la autoestima puesto que nos hace sentir mejor con nosotras y nosotros mismos y con nuestro cuerpo

– Mejora la relación de pareja y las relaciones interpersonales al sentirnos más felices, más relajados y más atractivos.

– Elimina los dolores de cabeza y reduce el insomnio puesto que aumentan los niveles de oxitocina

– Refuerza tus huesos al aumentar los niveles de estrógenos en las chicas y de testosterona en los chicos, claves en la prevención de la osteoporosis.

– Ayuda a mantener la forma física puesto que una sesión de tan solo 30 minutos quema una media de 100 calorías.

– Activa el índice de rejuvenecimiento, es decir, favorece el ratio entre la edad que sentís tener y vuestra edad real hasta 5 años. El famoso “me siento más joven”.

– Tiene un efecto antiarrugas al aumentar los niveles de estrógenos, la hormona implicada en que nuestra piel esté más suave y tersa. 

– Mejora la higiene bucal al aumentar la segregación de saliva y reducir así su acidez durante los besos o el sexo oral

– Mejora tu olfato al aumentar los niveles de prolactina, hormona que estimula el desarrollo de nuevas neuronas en el bulbo olfatorio.

– Ayuda a la salud capilar por la segregación de estrógenos y endorfinas. 

– Tonifica tu musculatura puesto que no deja de ser una forma de ejercicio físico.

Así que, según la OMS, una buena salud sexual prolonga la vida en general puesto que nos ayuda a estar más sanos y felices. Las personas que tienen al menos tres orgasmos a la semana, tienen menores posibilidades de contraer una enfermedad que les cueste la vida en comparación con las que solo llegan al clímax una vez al mes. Nos ayuda a mantenernos sanos y fuertes en todos los ámbitos.

Pero, ojo, hay que ser coherente. No vale después ser un inconsciente en el resto de vuestras actividades diarias. Me explico, una buena salud sexual siempre debe ir acompañada de una vida saludable en general y, en particular, debe ir acompañada de una correcta alimentación para que las anteriores bondades sean efectivas.  

¿Todavía tenéis pereza? Espero que no tanta. Pero si todavía no os he movido de la silla a la cama os diré algo más acerca de una buena salud sexual que la OMS no hace referencia. Ahí va: el sexo además de ser saludable, resulta que proporciona PLACER. No os voy a hablar de ciclos bioquímicos asociados al placer. Eso lo tenéis bien descrito en mi post “Felicidad y Sexualidad”. Aquí hago alusión al Placer Sexual Puro. Por magia. Por diversión. Por instinto. Por pasión. Por tentación. Por excitación. Por amor. Por impulso. Por deseo. Por entretenimiento. Por devoción. Por libertad. Porque podemos. Porque queremos … ¡Por un orgasmo (o varios)!!

Y, como colofón, resulta, además, que hay un sinfín de variantes para poder disfrutar de una buena sesión de placer sexual. La imaginación se pone de vuestra parte. Aunque eso será motivo de otro Post, como pincelada os diré que en lo que a sexo se refiere, todo vale. Siempre y cuando sea entre dos adultos y ¡consentido!

Así que la próxima vez que os de pereza hacer el amor, releed este post. Os reto a que me digáis una actividad que sea tan beneficiosa, que sea gratuita y que encima proporcione tanto y tanto placer.

Ya que vais a sudar igualmente, hacedlo teniendo una buena sesión de sexo veraniego.

¿Es la Menopausia el final de mi Sexualidad?

Hola chicas y chicos (porque este post también os interesa a vosotros). Hoy vamos a hablar de la menopausia y de algunos factores asociados que es necesario desmitificar de una vez por todas.

La menopausia es una etapa en la vida de toda mujer en la que desaparece la ovulación y, por tanto, la menstruación y su capacidad de reproducción. Cada mujer la experimentamos a una edad, pero, normalmente, comienza entre los 40 y los 50 años y suele advertirse en el momento en que nuestros periodos empiezan a ser irregulares. Eso es un hecho científico y evolutivo. Lo que hoy en día ya no es un hecho científico ni evolutivo es la necesidad de sentir sus síntomas como ocurría hace apenas cincuenta años. Me refiero a los sofocos, escalofríos, sudores nocturnos, problemas de sueño, cambios de estado de ánimo, aumento de peso, metabolismo más lento, sequedad vaginal, falta de libido, etc. Y a la gestión de esos síntomas es a lo que voy a dedicar estas líneas.

Desde hace unos años, la esperanza de vida en los seres humanos está aumentando significativamente. Afortunadamente, ya no morimos a los 60 ni a los 70. En condiciones más o menos normales, hay estudios que demuestran que los humanos tendemos a morir pasados los 90 años. ¿Por qué digo todo esto? ¿qué tiene que ver con el objetivo de este post? Pues os hago referencia a estos datos para que interioricéis algo que es muy importante. Resulta que si morimos pasados los 90 años y la menopausia nos sobreviene a los 45 años, por ejemplo, eso implica que la mitad de la vida de toda mujer la va a pasar siendo menopaúsica.

En principio, estos datos no tienen porque ser alarmantes. Es algo que desde hace milenios toda mujer sabe, ¿verdad? Hoy en día se toma como normal que toda mujer, más o menos a la mitad de su vida empezará a notar ciertos síntomas y, básicamente, “eso es lo que hay”.

Pues NO, esto no es lo que hay. A lo largo de mis últimos 15 años he tenido que oír ese “esto es lo que hay” de un buen puñado de ‘expertos’ en la materia con cierta mentalidad retrograda. Sabéis que yo desarrollé el Láser de Diodo en España para solventar un sinfín de problemáticas asociadas a nuestra zona íntima y a lo largo de muchos años y fruto de un esfuerzo tremendo, conseguí convencer a los más anacrónicos de la antigua escuela. Así que sé de lo que hablo porque lo he vivido en mis carnes. Hoy en día, prácticamente todas las clínicas ginecológicas cuentan ya con un laser de diodo en sus instalaciones.

Os digo esto, no para deciros que la menopausia se puede retrasar. No digo eso ni muchísimo menos. Lo que os digo es que hay numerosos remedios para paliar la sintomatología asociada. Evidentemente, la menopausia puede afectar (y digo ‘puede’ y no ‘debe’ como ahora veremos) a los tres planos de la mujer. En el plano físico, podemos empezar a engordar, nuestra piel se puede ver resentida, podemos sentir sequedad en las mucosas de nuestra vagina, nuestro suelo pélvico puede dejar de estar fortalecido, etc. A nivel químico, podemos empezar a sentir un desequilibrio energético, bioquímico y hormonal palpable. Y en el plano emocional, qué os voy a contar. “siento que no soy la misma”, “ya no tengo la misma alegría”, “ya no descanso por las noches”, etc.

En Pleasure Health Clinic os explicaré con mucho gusto cuales son todas y cada una de las alternativas con las que contáis para que vuestra menopausia no impacte de forma radical en cada uno de vuestros planos vitales. Será un placer ponerme a vuestro servicio.

Hay una de las consecuencias más comúnmente asociada a la menopausia de las que sí que me gustaría incidir en este post. El motivo es porque es el más recurrente de los que me encuentro en consulta. Se trata de la asociación entre menopausia y ausencia de libido. El temido nexo Menopausia-Sexualidad. Cuántas mujeres acuden a mi consulta diciéndome “Sandra, desde que tengo la menopausia ya no tengo ganas”. Esa frase es infinitamente más importante de lo que os pensáis. Os estáis diciendo a vosotras mismas, porque lo sentís así y así me lo comunicáis, que ya no os sentís mujeres. Y eso me parte el corazón.

¡Chicas! ¡Creedme! ¡La menopausia no es el fin de vuestra sexualidad! Y ¡chicos! ¡La menopausia de vuestras parejas no es el fin de vuestra sexualidad ni el de ellas!

Y voy a ir más allá. Existen estudios que demuestran que pasados los 50 nuestros niveles de ansiedad (cortisol) descienden fruto de una vida más sosegada. A los 50, generalmente, ya tenemos la vida solucionada. A nivel laboral, a nivel sentimental, nuestros hijos ya tienen una edad, vemos los problemas con una perspectiva más favorable, etc. ¿Verdad que es así? Y qué me diríais si os digo que vuestras relaciones sexuales pueden ser igual o incluso más placenteras que cuando teníais 30 años. Que vuestra capacidad de sentir placer sexual está intacta e incluso puede ser potenciada.

En Pleasure Health Clinic pondré a vuestra disposición un paquete de medidas para hacer que vuestra zona íntima recupere su musculatura, su tonicidad, su vascularidad y su lubricación natural. Haremos que vuestro sistema nervioso encargado de enviar las señales entre vuestra zona íntima y el cerebro, y que se traducen en placer, vuelva a empoderarse. Y desarraigaremos cualquier impedimento emocional con el objetivo de volver a ‘erotizarte’.

Así que vuestra sexualidad no está reñida con la menopausia.

¿Debemos hacer realidad nuestras Fantasías Sexuales?

Hoy, chicas y chicos, me apetece contaros una historia basada en situaciones reales que he vivido en consulta. En realidad, de un sinfín de situaciones también reales vividas fuera de mi consulta fruto de innumerables conversaciones con amigas y amigos que saben a qué me dedico. Hay un denominador común en todas estas conversaciones, sean pacientes o no, y se sintetiza en una pregunta: ¿debemos llevar a cabo nuestras fantasías sexuales?

Como es obvio, siempre habrá más de una opinión. En este caso los hay que opinan que las fantasías sexuales deben guardarse para uno mismo y, por el contrario, los hay que opinan que deben hacerse realidad.

Seré directa y os lo justificaré. Mi opinión es que, por supuesto que hay que hacer realidad nuestras fantasías sexuales. Pero hay que tener en cuenta ciertas premisas básicas. En realidad, dichas premisas están basadas en el sentido común y el respeto. Si tenéis pareja, y una de vuestras fantasías sexuales implica faltarle el respeto a vuestra pareja, bien sea siéndo infiel o siendo irrespetuoso, deja de tener sentido ético y moral. Ya que ha salido el tema, la infidelidad es, para mí, la mayor falta de respeto que existe entre parejas. Es signo de carencias en los pilares básicos y sinónimo de degradación de la confianza. No la apruebo de ninguna de las maneras.  

Así que, tengáis pareja o no, mis argumentaciones parten de la base que dichas fantasías sexuales deben ser consentidas y respetuosas.

No conozco a nadie que diga que no a cosas como un aumento de sueldo, que os toque la lotería, unas vacaciones pagadas, un regalo imprevisto, etc. Nadie dice que no, porque son cosas que nos proyectan a un estado de felicidad emocional. Nos sentimos bien y lo aceptamos de buena gana. Y todos hemos soñado con ello. “Ojalá me toque la lotería”, ¿verdad? Son anhelos con los que fantaseamos de vez en cuando.

Pues con el sexo ocurre lo mismo. Con la única diferencia que sólo depende de uno mismo y de la persona (o personas) con las que deseamos cumplir nuestras fantasías. No depende del azar o del alineamiento entre Júpiter y Saturno. Desde este punto de vista, son sueños alcanzables que requieren de poco esfuerzo y se traducen en una satisfacción física, química y mental.

Efectivamente, cumplir una fantasía sexual potencia todos los planos de nuestro SER. A nivel físico, que os voy a contar. Placer, goce, disfrute … todo lo que se os ocurra. A nivel químico, una explosión en nuestros ciclos bioquímicos se traduce en una segregación de numerosas hormonas neurotransmisoras que nos narcotizan biológicamente. Y a nivel emocional, sentimos una inyección de felicidad que nos lleva a un plano de bienestar infinitamente superior al que sentimos cuando ponen de oferta los melocotones en el super.

Así que todo parece indicar que debemos perseguir y llevar a cabo nuestras fantasías sexuales, insisto, de forma respetuosa y consentida. Pues, ojo, hay que tener una cosa importante en cuenta. La frustración. En las múltiples conversaciones que hacía alusión al principio, dentro y fuera de mi consulta, siempre he tenido que advertir de la frustración. Qué ocurre cuando intentamos hacer realidad nuestras fantasías sexuales y, básicamente, todo sale al revés. Con un ejemplo, lo entenderéis.  Una fantasía bastante común es la de hacer el amor en la playa. Quienes lo hayáis probado, habréis podido comprobar que la situación puede ser algo diferente a la protagonizada por Burt Lancaster y Deborah Kerr en “De aquí a la Eternidad, 1954”, en especial, si la arena es finita como la de las playas de San Juan de Alicante. No entraré en detalles de lo molesta que puede ser la arenita de turno en ciertas partes de nuestro cuerpo. Ese pequeño detalle no lo habíais tenido en cuenta, ¿eh?

¿Cómo revertimos la frustración? ¿cómo luchamos contra ella? Pues con una de las armas más poderosa que existe. Con el humor. En lugar de hundirse en el infortunio, y desistir en futuras fantasías, una buena risa con tu (o tus) compañeros de fatigas, es la mejor solución. Trivializar la escena, minimizar los daños y, sobre todo, seguir fantaseando, es la mejor terapia.

Se que la escena de sexo travieso en la playa encontrará a los más aventureros con una risa irónica. Pero a vosotros, que tenéis fantasías más “elaboradas”, os digo lo mismo. No caigáis en la frustración de no cumplir al detalle con vuestras épicas. Es importante ser flexible, dejarse llevar, relajarse y disfrutar del camino.

Las fantasías sexuales, por tanto, tienen mucho poder. Están al alcance de vuestras manos. Son accesibles. Así que luchad por ellas. Cumplid vuestros sueños más húmedos. Si tenéis pareja, hacédselas saber a vuestro (o vuestra) compañera de viaje. No tengáis miedo. Porque todo vale en el sexo si es consentido, respetuoso y no caéis en frustraciones. Desde hacer el amor a la luz de la luna hasta la perversión en un episodio íntimo sadomasoquista, todo es perfectamente válido.

Y, por descontado, cuando hagáis realidad vuestras fantasías sexuales, no paréis, seguid soñando despiertas y despiertos. Buscad nuevas fantasías. No caigáis en la pereza de la alcoba. Porque no hay nada como el buen sexo para empoderar vuestra felicidad y la de vuestras parejas. Y si, llegado un punto, ya habéis exprimido vuestra imaginación, no dudéis en poneros en contacto conmigo.

Porque en Pleasure Health Clinic, tenemos mucha imaginación y recursos de todo tipo.

¿El amor sólo dura cuatro años?

Llevo unos días leyendo en la prensa digital artículos con titulares parecidos al título de este post. No sé si es casual, pero, recientemente, una pareja ha venido a mi consulta haciéndome una pregunta similar. Así que creo que es el momento de daros mi opinión basada en mi experiencia.

Básicamente, se trata de responder a la pregunta de si el amor es perecedero o no.

Bueno, pues lo primero debería ser saber cuál es la definición de “amor”. La RAE propone varias alternativas de las que yo he seleccionado tres para mis argumentaciones: 1) Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. 2) Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien. 3) Tendencia a la unión sexual.

Si observamos, estas definiciones incluyen palabras como ‘naturalmente’, ‘atrae’, ‘reciprocidad’, ‘unión’, ‘energía’, ‘convivir, ‘crear’, ‘afecto’, ‘entrega’ o ‘unión sexual’. Palabras que, aisladas, ya de por si son muy bonitas. Son palabras que despiertan un gran interés, y en cualquier frase pueden quedar perfectas. No hace falta que las usemos referidas al amor para que sean estupendas. Pero el caso es que, si están referidas al amor, y si volvemos a leer las definiciones, nos daremos cuenta que las mismas palabras se tornan muy poderosas. Ahora entenderéis mi razonamiento.

No hace falta que volváis a leer las definiciones, pero ya os digo yo que la RAE no incluye en la definición de amor las palabras ‘hipoteca’, ‘madrugar’, ‘impuestos’, ‘Mercadona’, ‘actividades extraescolares’, etc. ¿Verdad que no? Estas palabras no son tan agraciadas como las anteriores. Sin embargo, son nuestro día a día. Y tenemos que vivir con ellas. Nos guste o no nos guste. ¿Vais viendo por donde voy?

Hace un tiempo, escribí un post que llamé “Felicidad y Sexualidad” y os hablé del empoderamiento de ambos a través de nuestros ciclos bioquímicos. Esas drogas que nuestro organismo segrega de forma natural que son idénticas en ambos casos. La dopamina, la oxitocina, la feniletilamina, etc. Y también os hable del cortisol. Bueno, parece claro que el amor esta más ligado a las primeras hormonas neurotransmisoras y que el cortisol esta más ligado a nuestro día a día.

Los artículos a los que hacía referencia al principio concluían que el amor debería ser perecedero basándose, básicamente, en que el cuerpo humano se acostumbra a esos ‘narcóticos del amor’ y que, pasados unos años, dejan de ser efectivos.

¿En serio? ¿de verdad? Sabéis que soy científica de formación, y la ciencia, a veces, hay que saber interpretarla. En este caso, nos falta una variable importante en la ecuación del amor. Una variable fundamental que, de hecho, revierte la argumentación que, viniendo al caso, planteaba Fredy Mercury (cantante de Queen) en su canción ‘Who wants to live forever” que remataba en el texto de la letra diciendo “when love must die” (“quien quiere vivir para siempre, cuando el amor debe morir”).

Nos falta una variable de especial trascendencia en nuestra ecuación que lo cambia todo. La palabra clave: actitud emocional.

De la misma forma que pagamos religiosamente la hipoteca, madrugamos todos los días para ir a trabajar, estamos al día con nuestros impuestos, vamos al Mercadona todas las semanas y llevamos a nuestros hijos a sus actividades extraescolares, y lo hacemos intentado mantener el cortisol a raya. cualquiera diría que estamos enamorados de todas esas cosas en lugar de nuestra pareja. 

¿Por qué nos despistamos con aquello que nos produce verdadera felicidad y placer?. ¿Por qué no cultivamos aquello que un día fue maravilloso para que no ‘tenga que morir’?. ¿Por qué no destinamos una parte del día a comunicarnos con nuestra pareja para seguir potenciándonos el uno con el otro?. ¿Por qué no somos capaces de entender que nuestra pareja es de las pocas personas que escogimos voluntariamente para compartir nuestra vida?. ¿Por qué no mimamos la convivencia?. ¿Por qué no compartimos más abrazos con nuestra pareja?. ¿Por qué no hacemos más el amor?. ¿Por qué preferimos la rutina que, inevitablemente, conlleva a la desidia?.

La respuesta es fácil. Porque nadie os ha enseñado cómo hacerlo. Porque nadie os ha explicado cómo ser activos emocionalmente.

Uno de mis objetivos en Pleasure Health Clinic es activaros emocionalmente para que tengáis todas aquellas herramientas para seguir enamorados de vuestras parejas toda la vida. Para que seáis felices toda la vida y para que disfrutéis de vuestra sexualidad toda la vida.

Por cierto, la pareja de la que os he hablado al principio que vino a mi consulta, me planteó dicha pregunta basándose, precisamente, en que sus encuentros íntimos habían disminuido sustancialmente tras los 5 primeros años de convivencia. Hace dos días recibí de ellos uno de los mensajes más bonitos que me han enviado mis pacientes “Sandra, gracias por devolvernos la ilusión de vivir”

Así que … El Amor No Es Perecedero!!!

Felicidad y Sexualidad

Una definición muy adecuada para exponer de forma sencilla qué es la felicidad puede ser aquella que apunta a que se trata de un estado emocional positivo. Alcanzar este estado depende de muchos factores, pero es un hecho probado que podemos alterar nuestra sensación de bienestar a través de nuestra bioquímica. En un estado emocional positivo, es decir, en un estado de felicidad, nuestro organismo segrega una serie de hormonas neurotransmisoras bien conocidas. La dopamina, la serotonina, la endorfina, la oxitocina, la feniletilamina, la adrenalina, la noradrenalina, etc., son sólo alguno de los ejemplos.

Veamos y aprendamos un poco de cada una de estas moléculas segregadas por nuestro organismo que contribuyen inherentemente a nuestra felicidad:

– Dopamina: Está relacionada con la motivación y con el sistema de recompensa a corto plazo. Provoca euforia. Aumenta la frecuencia y presión cardíaca, regula la atención, el sueño y la actividad motora. Es responsable de hacernos sentir placer directo.

– Serotonina: Brinda bienestar y logra generar una mejor disposición anímica. La hormona responsable de encontrar el equilibrio emocional más a largo plazo. Su ausencia hace que nos sintamos tristes y nos deprimamos.

– Endorfina: Son consideradas por ser incluso más potentes que un analgésico. Su estructura química es muy parecida a la morfina, pero en este caso se producen de forma natural. Se liberan en áreas del cerebro que están en el centro del dolor. Proporciona sensación de energía y entusiasmo. Su ausencia puede producir estados de depresión y/o desequilibrio emocional.

– Oxitocina: Es la hormona del orgasmo, ya que se libera principalmente durante este proceso, pero también su liberación está motivada por el contacto físico o la idea de tenerlo: abrazos, caricias, besos, etc. Nos hace cariñosos y empáticos. Disminuye la tensión arterial y el ritmo cardiaco, reduce la tensión muscular y aumenta el umbral del dolor.

– Feniletilamina: liberada por nuestro organismo, tiene una estructura química similar a la anfetamina y activa la secreción de dopamina y oxitocina. Se la conoce como la molécula del enamoramiento. Neurotransmisor implicado en las sensaciones del deseo y que hace que repitamos lo que nos proporciona placer. Activa el deseo sexual.

– Adrenalina: secretada por las glándulas suprarrenales, proporciona energía de respuesta inmediata y tiene un efecto positivo y activador. Sus efectos fisiológicos conllevan un aumento de la concentración de glucosa en sangre, aumenta la tensión arterial, aumenta el ritmo cardiaco, dilata la pupila, aumenta la respiración y estimula al cerebro para que produzca dopamina.

– Noradrenalina o norepinefrina: neurotransmisor de las vías simpáticas del sistema nervioso autónomo, es el receptor antagonista de la adrenalina. Derivada de la dopamina, su aumento produce euforia, y aumenta la capacidad de recordar estímulos nuevos, como los más mínimos detalles o los momentos inolvidables de una relación.

Todas estas hormonas neurotransmisoras son conocidas como los químicos narcóticos de la felicidad. Efectivamente, se trata de drogas que nuestro organismo sintetiza y segrega como repuesta ante estímulos, tanto internos como externos, como una recompensa que nosotros interiorizamos como felicidad. Pues, ¡qué casualidad! Estas mismas moléculas, exactamente las mismas, son las que nuestro organismo genera durante una relación sexual consentida y placentera. Por ese motivo el sexo consentido y placentero gusta y por ese mismo motivo es necesario potenciar la sexualidad y el placer sexual.

Sin embargo, el nexo entre felicidad y sexualidad no es bidireccional. Me explico. Así, como acabamos de ver, una sexualidad plena conlleva manifiestamente a un estado emocional positivo, es decir a la felicidad, no ocurre necesariamente lo mismo en sentido opuesto. La felicidad no proporciona sexo. Puede que exista una predisposición hacia ello, pero no lo proporciona. La felicidad no aumenta la sexualidad propiamente dicha. Con dos ejemplos podremos comprender mejor este hecho. Cuantas veces nos hemos sentido deseosos de mantener una relación sexual placentera, sea con nuestra pareja o fruto de un encuentro esporádico. Nos preparamos físicamente para el “evento”, dándonos una ducha relajante, nos vestimos con nuestras mejores galas, no maquillamos, nos perfumamos, etc.  Químicamente, nuestro organismo, a su vez, se prepara y empieza a liberar las anteriores hormonas hasta alcanzar unos niveles propios de un estado emocional positivo. Nos empezamos a sentir “felices” por la apetecible idea de una relación sexual fructífera y placentera. Sin embargo, sea por la razón que sea (y puede haber cientos de razones), no se produce el resultado esperado y no se culmina acto sexual alguno. Físicamente, nos desmaquillamos con desgana, nos quitamos la ropa y la dejamos de cualquier manera y nos vamos a la cama con pensamientos circulares negativos. Químicamente, nuestro organismo deja de secretar, uno a uno, los neurotransmisores previamente implicados. En el peor de los casos, cuando no se disponen de las herramientas necesarias, se genera incluso tristeza y frustración como resultado de un efecto contrario en los procesos bioquímicos implicados. Una situación que partía de un plano emocionalmente positivo, feliz, no ha conllevado necesariamente al acto sexual per-se. Nuestra felicidad no se ha materializado en sexualidad.

Ahora pensemos en la situación inversa. Un día cualquiera, sin ningún tipo de expectativa, por las razones que sea (y puede haber cientos de razones), terminamos manteniendo una relación sexual exquisitamente placentera, sea con nuestra pareja o fruto de un encuentro fortuito. Químicamente, nuestro organismo libera a borbotones el pack completo de los anteriores químicos narcóticos hasta alcanzar unos niveles propios de un estado emocional positivo. Nos sentimos felices. Nos sentimos exuberantes. En este caso, la sexualidad ha desembocado en felicidad.

Con estos sencillos ejemplos, hemos comprobado la no bidireccionalidad entre felicidad y sexualidad. La felicidad no tiene por que conllevar a la sexualidad, pero la sexualidad proporciona felicidad cuando la primera es consentida y placentera.

En base a estos razonamientos, el paso obvio, el paso lógico, el paso natural conduce a la idea por la cual se justifica empoderar la sexualidad y el placer sexual para potenciar la felicidad. 

Y a esto, ni más ni menos, es uno de los objetivos de SANDRA SANTIAGO & PLEASURE HEALTH CLINIC .

¿Por qué he creado Pleasure Health Clinic?

Escoger, en sí mismo, puede ser una tarea cuanto menos difícil. No lo ha sido en este caso. He escogido dedicar mi vida laboral a tratar de proporcionar felicidad a mis semejante a través de la sexualidad. ¡¡Ni más, ni menos!! He decidido focalizar todos mis esfuerzos en iniciar y promover una cruzada, que alcance al mayor número de personas, y cuyo objetivo último sea la de garantizar el máximo placer consentido en sus relaciones sexuales, tanto a nivel individual como de pareja.

¿Qué ha promovido esta decisión? No ha sido algo aislado. Más bien ha sido un cúmulo de experiencias personales simbióticas que, a lo largo de este último año, han abierto mi mente como si de un volcán en erupción se tratara. En primer lugar, mi experiencia laboral. He dedicado los últimos 15 años de mi vida a desarrollar metodologías científicas aplicadas y prácticas en pro de resolver de forma eficaz todos los problemas relacionados con la zona íntima de la mujer. Soy conocedora, por tanto, de las dificultades a las que un porcentaje muy alto de mujeres (y también de hombres) se enfrentan diariamente para mantener una relación sexual satisfactoria. Y, creedme, son muchas. En segundo lugar, soy también Coach, tanto a nivel individual como de parejas. Ello me ha proporcionado una visión pragmática de cómo funciona la mente humana ante las adversidades en general y ante los problemas derivados de las relaciones sentimentales y, en especial, los derivados de las relaciones sexuales. En tercer lugar, poseo un Master en crecimiento sexual lo que ha despertando en mi interior un interés creciente en potenciar al máximo la sexualidad en todos los ámbitos del ser humano. Y, en cuarto lugar, en el terreno personal, ha habido cambios extraordinarios a lo largo de este último año que me han conducido a explorar, desarrollar y potenciar mi sexualidad y la de mi pareja como nunca antes la había experimentado. Ahora ya sé lo que es el placer verdadero. El placer más puro y absoluto. El placer físico, emocional y espiritual. Ahora soy más feliz por todo ello.

Así que no es casual mi decisión de redireccionar mi vida laboral hacia una ruta en la que confluyan mi experiencia tanto pasada como reciente. Necesito, quiero, que el máximo número de personas experimenten lo que es el empoderamiento de su felicidad a través de su sexualidad y a través del más auténtico placer sexual. Nace así “SANDRA SANTIAGO & PLEASURE HEALTH CLINIC” con el maravilloso objetivo de proporcionar de forma INTEGRAL toda una amalgama de engranajes bien lubricados capaces de plantear soluciones prácticas a todos los problemas en el ámbito de la sexualidad.

“SANDRA SANTIAGO & PLEASURE HEALTH CLINIC” nace del convencimiento, descansa en la experiencia, y se apoya en la ciencia.

 

Inauguración